En el escrito del 17 de octubre, Mena Batista, solicita al director de prisiones su retorno a La Victoria, ya que el día anterior había sido trasladado a la cárcel Concepción de La Vega.
“Yo no estoy seguro en ninguna cárcel que no se La Victoria, ya que está pagando la suma de 3 millones de pesos por mi cabeza, por parte del señor Pascual Cordero, a quien apodan “El Chino”. Como no han podido lograr sus objetivos en La Victoria, intentan hacerlo fuera de allí”, apuntó el recluso.
Dario Mena alega que el ensañamiento con su hermano inició cuando era policía.
Que estaban poniendo en peligro no sólo su vida, sino también el sistema penitenciario, relató el hoy occiso, agregando que “Manos enemigas usaron el sistema para provocar mi traslado” y que “Sólo quiero volver para La Victoria para que mi vida esté más segura y mi familia más tranquila”
Cuatro días después, su petición fue acogida, pero Mena Batista nunca imagino que al cruzar este peaje de regreso a La Victoria, donde supuestamente se sentía seguro, en menos de 72 horas perdería la vida.
El reo Luis Alfredo De Aza Núñez, condenado a la pena máxima por homicidio, le descargó los seis tiros de un revolver y dijo temer por su vida, ya que el 24 de agosto desconocidos quemaron un vehículo de su propiedad, supuestamente en represalia con su hermano.
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